¿Tu chico odia tu juguete? Él tiene que leer este articulo: Bondades de los sex toys
- Ezequiel López Peralta @citaconezequiel
- 14 mar 2016
- 4 Min. de lectura

Muchachos, ¡basta de sentirnos amenazados! Tus dedos, tu lengua, y mucho menos tu pene, son capaces de producir vibraciones. Pero existen novedosos accesorios que lo hacen muy bien, y no cumplen ninguna otra función. ¿Para qué competir entonces? Hagámonos amigos de la tecnología erótica que no nos reemplaza, al contrario, pasa a formar parte de nuestro maletín de recursos para el placer.
Son impresionantes los avances en relación con los accesorios diseñados especialmente para el placer sexual. Hace algunos años no teníamos muchas variantes, por ejemplo, de vibradores. Todos eran de la misma forma –fálica, incluso hasta grotesca-, de tamaño grande o extra grande, y materiales poco atractivos por ser duros y fríos. Afortunadamente las opciones se multiplicaron, y hoy vas a encontrar diferentes tipos de juguetes sexuales, aunque los que más me sorprenden en su evolución son precisamente los vibradores. Resultan tan amigables que puedes tenerlos en tu cartera, mesa de noche, o donde quieras, que si alguien te lo encuentra lo más seguro es que no sepa de qué se trata (a menos que también los utilice).
¿Cuáles son los principales avances y atractivos de estos novedosos juguetes, hablando de los que en este momento lideran el mercado?
Ante todo el hecho de que se alejaron del concepto vulgar que tenían, para convertirse en un accesorio sensual y hasta romántico. Su tamaño es en general pequeño, ideal para estimulación del clítoris, el punto G, el perineo, los pezones, y cualquier otra parte del cuerpo en la que te interese recibir las bondades del estímulo vibratorio. Su forma es elegante, casi te diría erótica, y cada una de sus curvas y superficies pueden ser apropiadas para diferentes zonas erógenas. Los materiales que lo componen son suaves, y a la vez no producen alergias ni irritación. Y finalmente, producen vibraciones que se pueden regular, incluso con un control remoto inalámbrico y a distancia, lo que abre las puertas a diferentes juegos eróticos en pareja. Incluso algunos vienen con programas especiales de vibraciones, combinando diferentes ritmos, intensidades y velocidades.
Con todo esto me siento tentado a decir: «¿Para qué quieres un hombre?» «¿Te parece tan necesario cuando es posible alcanzar el placer tan fácilmente con estos amigos de silicona?» Pero caería en una contradicción, visto lo comentado en el primer párrafo.
Me llamó la atención especialmente un juguete que es como una especie de “clip” o broche: una parte va dentro de la vagina, en su parte superior, estimulando el punto G o clítoris interno; la otra queda sobre el clítoris, presionándolo suavemente. Es tan delgado que permite, además, el coito vaginal, por lo que se da una estimulación triple (clítoris, punto G y vagina). Se dirige por un control remoto, que a medida que lo mueves activa diferentes tipos de vibraciones.
¿Qué nos tendrá deparado el futuro en materia de juguetes sexuales? Solo el tiempo lo dirá, pero qué bueno que la ciencia se ocupe cada vez más del placer
Pero atención, no todo se termina acá. Existe la ‘cosmética romántica’ -una línea cada vez más amplia de productos para el placer sensual-, y nos encontramos con unos interesantes productos que se denominan ‘intensificadores’. Se trata de geles o cremas de uso íntimo, que producen particulares sensaciones al ser aplicados en zonas erógenas específicas.
Primero que nada quiero hacerte una aclaración. No se trata de alternativas medicinales, ni destinadas a resolver problemas sexuales. La publicidad engañosa ha hecho creer a algunas personas que existen cremas o pomadas que se aplican en los genitales para producir erecciones o disparar orgasmos, cosa que no es real. Si tú buscas este tipo de ayuda, consulta mejor a un sexólogo certificado para tener un tratamiento de verdad.
A diferencia de los aceites o cremas para masajes, que se aplican en diferentes partes del cuerpo para facilitar el deslizamiento de las manos y suavizar la piel, los intensificadores son para zonas más específicas: glande del pene, clítoris, pezones, labios… es decir partes de la geografía íntima bien sensibles, que aprovechen al máximo las bondades de un estímulo que puede ser por ejemplo de frío o calor, o quizás saborizado con chocolate, vainilla o fresa –entre otras tantas variantes-. Si a esa sensación especial le sumas caricias suaves, roces entre los cuerpos o las bondades de los labios o la lengua actuando con picardía, el placer está prácticamente garantizado.
Algunos intensificadores tienen una ventaja adicional: son lubricantes íntimos que facilitan el coito, y como no se derivan del petróleo pueden incluso utilizarse con condón sin producir daño al látex.
Pero hay más… por ejemplo el caso de las velas, que al derretirse con el calor de la pequeña llama dejan un líquido que no quema –aunque no lo creas- y puede aplicarse directamente en las zonas erógenas, produciendo una sensación de leve calor y con un fino y delicado aroma.
La cosmética romántica es entonces una línea cada vez más sofisticada de productos que te permitirán, en soledad o en pareja, ampliar el horizonte de sensaciones eróticas y de fantasías sexuales. Ahora es tu turno de utilizar tu mente creativa al servicio del placer.
Otro día te cuento acerca de otros juguetes -sí sí, ¡esto es interminable!, y de sus formas de uso.
Espero que tengas una buena semana, ¡y muy felices compras!
Articulo privado.
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